El acceso a una vivienda en la capital neerlandesa se ha convertido en una auténtica crisis para el gobierno de la ciudad. El precio de los alquileres y la falta de oferta para comprar o arrendar a precio asequible, les ha llevado a tomar medidas como congelar los alquileres por debajo de 750 euros/mes, aplicar límites de subidas en el mercado libre, o prohibir la compra como inversión en alquiler si tratan de arrendar la propiedad durante los primeros cuatro años. Además, se han comprometido a construir 7.500 viviendas nuevas al año, de las que unas 2.500 serán para alquileres con rotación, con un máximo de residencia de 15 años.
Ámsterdam se ha puesto como objetivo resolver la crisis de vivienda en la capital para 2040. Así lo ha afirmado el ayuntamiento de la capital de los Países Bajos tras la presentación de un informe sobre la vivienda pública en la ciudad. “La solución está principalmente en las viviendas existentes. Deben volver a ser asequibles, ser de buena calidad y no utilizarse como forma de ingresos”, destacó la concejala de Vivienda Pública, Zita Pels.
La ciudad neerlandesa lleva desde antes de la pandemia tratando de aumentar su parque de vivienda tanto en propiedad como en alquiler ante la amplia demanda. Desde 2019, lleva en marcha un plan para levantar 7.500 nuevas viviendas al año, un tercio de ellas dedicados a vivienda sociales, con alquileres limitados y de rotación, es decir que tengan un periodo máximo de residencia de 15 años.
Pero también se están imponiendo medidas para para controlar el mercado del alquiler, desde el estallido de la pandemia y con el posterior encarecimiento de la inflación. En todo el país, los alquileres regulados, aquellos por debajo de los 750 euros mensuales, llevan congelados desde 2020, mientras que aquellos alquileres que superen los 750 euros/mes en el mercado libre tiene limitado al incremento de las rentas hasta el 1% (además de la inflación) interanual hasta 2024-2025, donde el alquiler medio roza los 1.500 euros al mes
El 80% del mercado en alquiler en el país, unos 2,3 millones de hogares, se rigen por la evolución de precios que marca el propio Gobierno neerlandés. Mientras que el otro 20%, alrededor de 560.000 casas, es el que cuenta con esta limitación.
Una de las últimas medidas adoptadas ha sido la prohibir la compra de viviendas como inversión en alquiler durante los primeros cuatro años de la adquisición de la propiedad, para evitar que los inversores compren casa para pedir rentas muy altas, han afirmado desde el Consistorio neerlandés. Esta prohibición está limitada a la compra de casas de hasta 533.000 euros, lo que supone seis de cada 10 viviendas de la ciudad.
El gobierno local de la capital ya ha aplicado multas en torno a los 22.000 euros por incumplir estos plazos. Ámsterdam no es la única que aplica esta medida. Róterdam, La Haya, Utrecht y Eindhoven también aplican algún tipo de prohibición para la compra como inversión en alquiler, para favorecer el acceso a la propiedad a los primeros compradores. Un cambio en la ley nacional, que entró en vigor en enero, permite a las ciudades designar áreas donde se puede evitar la compra como inversión en alquiler, y no para vivir.
Aunque incluye excepciones como arrendar a familiares cercanos o de forma temporal, cuando el propietario vive temporalmente fuera del hogar.
La capital también quiere más inmuebles en el mercado en alquiler que cuesten hasta 1.000 euros/mes, para un segmento medio de la población. Para ello, tiene previsto realizar convenios con corporaciones de viviendas sobre la oferta de alquiler social entre estos límites.